Suelte el pasado. Gire sus miedos 180 grados. Acomódese frente a frente con el sujeto en cuestión. Respire hondo y profundo, desde los dedos del pié hacia arriba. Use las pupilas del sujeto para buscar la verdad, y de paso, chequeé si está bien peinado en el reflejo del brillo de sus ojos. Respire hondo y profundo nuevamente.
Pregunte previamente para evitar infortunios. En caso de respuesta negativa, aborte con dignidad a paso lento-rápido y vuelva a soltar el pasado. En caso de respuesta positiva, humedezca los labios sin mostrar desesperación.
De un paso hacia el. Sobre todo si está llegando a los 30. Con una mano presione sus costillas contra las suyas y con la otra, entrelace sus dedos entre la parte occipital de su peinado. Sonría brevemente… y bese. Cierre los ojos y piense en esas flores que nunca vio, en sus pies sumergiéndose en una ola por primera vez sintiendo el cosquilleo de la arena, en saborear crema chantilly recién hecha de las paletas de la batidora. Suelte y sonría brevemente una vez más. Suspire.
Texto: Pablo M. Acuña
Actor: Damián Turkie
