miércoles, 4 de agosto de 2010

Instrucciones Para Decidir Si Casarse Con Un Hombre ( Siendo Un Hombre )




Primero que nada, si lo ama, entonces sí.

Un día levántese a la madrugada solo para observarlo dormir. Si mira con cariño la tranquilidad de sus párpados, si le apetece su nariz, si siente ganas de acariciarle el pelo, entonces sí.

Si un día cualquiera, en una calle cualquiera, esperando a que cambie el semáforo, ve un objeto, un animal, una nube con cierta forma, o una prenda de vestir, o algo insignificante que le recuerda a él provocando una sonrisa del alma, entonces sí.

Si cuando él hace el desayuno, prepara dos tostadas, si lava dos tazas, si trae dos cuchillos para la mermelada, si ya no le pregunta cuantas cucharadas de edulcorante, si sabe hasta donde llenar la taza de té y que Ud. no saca nunca el saquito hasta final, entonces sí.

Si en una pelea, subida de tono, en el furor de la discusión, entre las lagrimas y los gritos, entre la bronca y la desesperación por hablar más fuerte, aunque sea por un micro-segundo, Ud. tiene ganas de besarlo y abrazarlo, entonces sí.

Si en un momento sosteniéndole la mano, se encuentra sorprendido, al sentir como se le pone la piel de gallina, entonces sí.

Si una noche después de un día largo, mientras él se baña lo escucha cantar una canción que Ud. había estado tarareando ese mismo día a la mañana, entonces sí.

Si le gusta con el peinado para un costado, si le gusta con el pelo para el otro costado, para arriba, para abajo, cuando nota sus canas, cuando se deja la barba, cuando se da cuenta que se está quedando pelado, cuando el peluquero le juega una mala pasada y cuando le parece gracioso como lo despeina el viento, entonces sí.

Si siempre que está pensando en él, le llega su mensaje, si se queda callado cuando necesita estar en silencio, si lo mira y sabe lo que piensa, si sabe donde tiene cosquillas y qué tipo de películas lo hacen llorar y porque le hacen llorar, entonces si.

Si cada vez que ve una familia en la plaza, sueña con criar un hijo junto a él, imagina los abrazos que se van a dar, los juegos que van a compartir juntos, los cumpleaños y las navidades, entonces si.

Si esa madrugada del 15 de Julio, después de recibir la noticia de que al fin pueden casarse en su país, fue expulsado por una inexplicable fuerza a sus brazos, se emocionaron hasta las lagrimas, se miraron y no hizo falta decir más nada, entonces si.

Si cuando piensa en el futuro, lo único que imagina es a él, un poco más canoso, un poco mas arrugado, sentado al lado suyo, contemplando la paz de ambas miradas, pensando en lo bien que se siente y leyéndose los recuerdos que pasan por la mente del otro, entonces si.

Y por último, si se siente bien…entonces si.

Por Pablo Martín Acuña – Escrito en la madrugada del 15 de Julio del 2010

2 comentarios:

marina dijo...

genial , llore :)

Dany dijo...

Hola, simplemente me encanto.