Tratando de dormir y soñar, me encontré contigo a la vuelta de la esquina del mas allá. Quería abrazarte pero mis manos eran débiles y entonces solo me acerqué, me quedé a tu lado, contemplándote. Solo así logré dormirme y flotamos en una ola singular. Las zapatillas rechinaban en las nubes esporádicas y mientras el mundo se destruía a si mismo, tomados de la mano nos sentíamos protegidos. Nada nos distraía, tus ojos para mi, mis ojos para ti. Pero te soltaste apropósito y te dejaste caer. Del impacto te rompiste en mil pedazos y parecías imposible de arreglar. Con miedo a perderte te armé como pude, te pegué con mis lágrimas. Te coci una sonrisa más grande y a besos reviví tus latidos. Las alas te salieron por instinto y te enseñe nuevamente a volar. Pero hay algo que quedó nadando en mi cabeza: nunca voy a entender porque te soltaste y creo que no tenes una explicación. Yo te quiero amar, pero no se si podré...no se si podré otra vez.
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